sábado, 29 de septiembre de 2007

Buenas noticias, sabrosas telefotos, a tragar sin culpas.

Buenas noticias, sabrosas telefotos, a tragar sin culpas.

Según muchos estamos en la era de la comunicación o información, o mas bien debería entendérsela como la era del bombardeo mediático. No nos damos cuenta que medios televisivos como Unitel, Bolivisión, ATB, RED-UNO, PAT, y los demás en menor medida, son lo peor de la comunicación y por culpa de estos mediocres, son metidos todos los periodistas en la misma bolsa, como si todos ellos fuesen una manada de traidores y tontos útiles a fines ajenos al pueblo. Nos tienen todos los días en-novelados con wevadas ahuecadoras como rebelde, floricienta, y las muchas novelas educadoras de siempre, que nunca faltan estas pestes. Lucran ahuecando nuestro cerebro. Y lo mas estúpido, son los noticieros, después de pasar noticias como muertes, problemas graves del país, etc., nos pasan pequeñas noticias de elefantes homosexuales encontrados en Nueva Zelanda , o las fotingas de las magnificas, o estupideces como esas, en otras palabras nos dicen “miren ignorantes y sigan tragando sin culpa”.

¿Los medios de comunicación televisivos ayudan a la educación?
Si. La ayudan a desaparecer, la ayudan a ser ignorante, ayudan a despertar a temprana edad a los niños, enseñan a los niños de coito, sexo, y no nos olvidemos que nos muestran cada fin de semana cuatro tetas y unas buenas nalgas tomando Coca cola o Pepsi en Conexión, o la rubia cambinga opa con dos medias tetas al aire en Disca y Ve. Esto si es comunicación!!! Lo mejor de la comunicación son estos tipos de programas. ¿O no? Claro pues. Sabemos esto y somos tan ingenuos, por no decir imbéciles, que la seguimos, les seguimos la corriente. Así es nuestra sociedad. Por eso estamos tan mal, que digo mal; estamos pésimos. Somos el país mas retrasado de América, y para consolarnos nos decimos a nosotros mismos que, somos el más rico; rico en hidrocarburos, rico en agua potable, rico en biodiversidad. Claro que somos ricos en estos aspectos. ¿Pero de que han servido estas riquezas? De nada nos sirve mentirnos a nosotros mismos y consolarnos con frases que ahora no tienen sentido.

Como es posible que gran cantidad de personas y sobretodo jóvenes no sepan manejar el Word. El Word!!!, que es lo mas básico en informática. Pésimo estamos. ¿Donde esta la educación a distancia? Por lo menos, minimamente eso hubieran aportado a la sociedad estos medios que nada bueno hacen. Eso si, no hay telenovela que no hayan pasado.

Estamos inmersos en una pobreza jamás imaginada por nuestros libertadores. Muchos vivimos en una burbuja en medio del desastre. ¿Por qué tantos tenemos tan poco y tan pocos tenemos mucho? La miseria oprime, la ambición corrompe más y más.

Andamos muchos como zombis comiendo nuestras hamburguesas de 8 bolivianos y los pollitos de 12 bolivianos, mientras la mayoría del pueblo por esa misma cantidad alimenta a no menos de 5 integrantes de su familia. Madres que estiran el dinero como chicle. Madres y Padres que tienen que trabajar al día 10 a 12 horas vendiendo fresco, comida, condimentos, etc. Y algunos se preguntaran ¿que culpa tenemos nosotros, si nosotros no hicimos nada? Ahí mismo esta la culpa, el problema, justamente no hicieron nada, ni lo podrán hacer, por que no tienen visión de país. Nuestra visión no pasa de la Pérez. Y algunos tienen el descaro de no conocer el alto. Si. Es un descaro.

Hace unos días pasaba con algunos compañeros por el prado y un niño de 7 años, aproximadamente, pasaba junto a los transeúntes extendiendo la mano, pidiendo compasión y moneditas, no faltaba una de esas mujeres típicas del prado, con su tapado, medio kilo de maquillaje y sus tacones baratos comprados en la 16 de Julio; que levantaba las manos mirando asqueada; como si ese niño fuese un mutante salido de otro planeta. Que vergüenza sentí por ella, vergüenza ajena, por que lastimosamente ella vive en mi país. Y ojala que no haya sido boliviana, y haya sido una extranjera.

Vergüenza debemos sentir todos los que tenemos mucho o por demás. Hace unos días vino a la Facultad de Ciencias de la Educación un señor proveniente de Tipuani, donde nacen los mineros; donde la maldita tuberculosis tiene gran cantidad de gente afectada, el medico le había recetado unos medicamentos; medicamentos que no podía pagar. Pedía la colaboración de los estudiantes. Tenía una mirada distinta, bajaba la mirada, como avergonzado. Me sentí culpable por su pobreza. Y así deberíamos sentirnos todos, al ver el rostro del pobre, con tantas marcas en las manos, tantas marca de sufrimiento, tantos días de hambre y humillación.

Sigamos tragando sin culpa. Y limpiemos nuestra conciencia repartiendo tres platos de guiso en El Alto, como lo hace la lechona de la Justa. Esa misma persona que decía que, los que marchaban desde El Alto pidiendo nacionalización eran unos vagos que solo querían joder. La misma vieja que salía con su banderita blanca, cuando su jefe del canal Carlos Mesa quería renunciar al gobierno. Y hasta lloraba en su programa. Lagrimas de cocodrilo. Nunca sentí vergüenza por una mujer de pollera, no es la pollera lo que me da vergüenza, es su actitud.

Sigamos viviendo en una burbuja, inmersos en la ignorancia y la decadencia. Sigamos tratando de hablar como gonicitos jailoneandonos, queriendo hacer de la Zona Sur; Gringolandia. Nuestra sociedad no ha dejado de ser excluyente de ciertas clases de personas y pueblos; y continúan procurando dar lugar a la intolerancia, y a la inequidad. Extensos sectores de la población no practican sus derechos, no practicamos y no respetamos los derechos de los demás. Nuestra sociedad esta quebrantada y aun se sufren formas de dominación y exclusión; por ello, resultan mas inclinados a la injusticia, los enfrentamientos, la corrupción y la indigencia.

Sigamos pagando la mísera suma de 400 bolivianos a las trabajadoras domesticas. Eso es 13 bolivianos por día, a eso le restamos 10 de la carne y 2 bolivianos de pan y no queda nada. ¿Podemos dormir tranquilos con la conciencia limpia y tranquila? ¿Pagando esa miseria? Esas señoras que te lavan la ropa, limpian tu casa, y cuidan a tus hijos. ¿No son personas? Entonces sigamos negándoles sus beneficios básicos como: seguro social, aguinaldo, vacaciones, seguro de desempleo, etc. Y ahora que hay la posibilidad de subirles el sueldo básico a 880 bolivianos, algunas de las viejas jailonas dicen que van a prescindir de sus servicios. Jaa. Ya las quiero ver lavando y limpiando.

Salud S.A. No contamos en las mismas ciudades con los servicios básicos al que todos tenemos derecho. Y uno de los más importantes, que es la salud, no es gratuita. Los centros de salud que son gratuitos, son pocos. No alcanzan. Hoy en día no hay derecho a enfermase. Es injusto.

Mucho peor es en el área rural. Ahí ni siquiera se cuenta con agua. Y los que no me creen, háganse una escapadita a la Provincia Pacajes, segunda sección Caquiaviri, Comunidad Laura Lloko lloko. Pero si ni siquiera conocemos El Alto, menos vamos a conocer la abusiva pobreza que existe en el campo.

Tanta desigualdad. Debemos entender que cada peso que nos sobra, es un peso que le hace mucha falta a otra persona en nuestro país. Cada pantalón que no nos gusta, en nuestro ropero, es un pantalón que le hace falta a otra persona. Nuestro excedente económico en nuestra vida, es falta en la vida del prójimo.

Ya basta de tanta pobreza. Basta de iglesias. Basta de jardines y plazas. Basta de fraternidades. Basta del típico folklore elitista. Basta de telenovelas. Basta de corrupción. Basta de bombas mediáticas. Basta de importar cultura. Basta de discursos. Basta de obligar a emigrar a nuestra gente. Basta de marchas. Bastas de engaños. Basta de cantinas y bares. Basta de exclusión. Basta de marginación. Basta de intolerancia hacia el más débil. Basta de preocuparse más por los animales en extinción que por los mismos dueños de esta bendita tierra. Basta de médicos que lucran con la salud. Basta de alcoholismo Basta de drogadicción. Basta del tabaquismo. Basta de sueldos míseros. Basta de salud privada. Basta de educación privada. Basta de mujeres y niñas prostitutas. Basta de políticos cínicos. Basta de discriminación. Ya basta, señores. Ya estamos cansados de tanta injusticia y mentira. Basta. Tengamos un poco de vergüenza.

Veamos la realidad y no solo hasta las puntas de nuestras narices. Hay cosas mucho más importantes en la vida que comer bien y fornicar.

Yo solo espero sin dormirme en mis sueños estar lejos, lejos de tanta ignorancia.